viernes, 30 de mayo de 2014




Si hablamos de vejez, estamos hablando de un proceso que se vive desde el nacimiento y que se caracteriza por diferentes cambios, tantos físicos, mentales y sociales que suceden a lo largo de la vida. Estos cambios determinan a los seres vivos desde que nacen hasta que llegan a este último periodo, que se tiene como el periodo final, el cual debe ser tomado como un proceso natural e inevitable.
Si se observa desde una perspectiva más biológica, se puede decir que el envejecimiento afecta tanto al cuerpo como a los sistemas que lo conforman, como el nervioso, el muscular,  respiratorio y fisiológico, partiendo desde la unidad estructural y funcional que es la célula que conforma a estos, como así también las capacidades intelectuales, psicológicas y cognitivas. Esto se debe a la acción del tiempo sobre los seres vivos.
Muchos piensan que la vejez es sinónimo de deterioro, dependencia, enfermedad y discapacidad conceptos que están dentro de la sociedad y que preocupa a muchos, esto es lo que lleva a la necesidad de vivir por mucho tiempo más.
Un tema que abre un gran paréntesis de lo imposible y relacionado a envejecer y morir, es la inmortalidad, la vida eterna. Podemos decir que es tema muy discutido en este tiempo, donde se pueden ver diferentes enfoques o puntos de vista. Uno de ellos que abordaremos es la religión, que siempre ha intentado aliviar esta inquietud, de que es posible combatir la muerte, de vivir una vida eterna, de renacer en otro mundo,  pero esto lleva a una gran discusión con en el mundo actual, desde una perspectiva más realista. Los científicos son los encargados de buscar los métodos de como poder prolongar eternamente la vida humana en lo terrenal, no en lo espiritual. El objetivo primordial de estos científicos es impedir ese inevitable deterioro progresivo al cual estamos condenados todos los seres vivos, “la vejez”.

“Todos los seres humanos sentimos un “ansia de no morir”, un “hambre de inmortalidad”, un “anhelo de eternidad”.”
                               Unamuno.


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